Somos
unos apasionados de las flores y de las plantas. De la belleza. De los
fuertes latidos del corazón cuando trabajamos con ellas, las tocamos… A
veces no basta con verlas. Unos enamorados de las personas, de las
emociones, del amor con que se hacen las cosas.
Hija de mi madre, quien me transmite esta pasión sin darse cuenta, sin
darme cuenta. En Úbeda, uno de los lugares más hermosos de Andalucía.
Con sus cerros y cientos de olivos enraízados en esa tierra roja, mi
tierra.
Vine a Madrid, como casi todos, en busca de no sé qué.
Y mientras buscaba me dediqué, entre otras cosas, a la gestión de
personas y recursos en una multinacional de la comunicación. Un
compendio de no pocas experiencias que dura 25 años. Hasta el día en que
decido decir adiós a esta etapa, no a mis colegas y amigos a los que
sigo viendo. Emprendo una nueva vida el 1 de abril de 2014.
Una cosa es la pasión, el gusto y el buen hacer y otra los conocimientos y técnica. Ese año me inscribo en la UEFAF. Recibo formación en Técnica de Base de la mano del maestro José Valero, mi maestro y ya sin parar entramos en una espiral de formación permanente, tan necesaria en todos los ámbitos, en el Arte Floral también.
LA FLORIS
Antes de lo previsto me encuentra un pequeño local en el maravilloso barrio de Conde Duque. Me llamaba a la boca del estómago, de noche y de día. Un localcito con solera, con historias que contar, escenario de músicas en directo y “plató de películas de sangre nacional”, me dice uno de los últimos propietarios. Le gusta el aspecto que ha adquirido lo que fue un bien de su propiedad.
FLOR DE LOLA
De todas las flores, el clavel es la que menos me ha llamado la atención durante toda mi vida, sin embargo, en algún momento se convirtió en mi flor. El clavel rojo, la flor de lo español, el rojo pasión, el encanto, lo sencillo, lo sugerente, solo, lo barroco acompañado.
AGRADECIMIENTOS
A mi maestro José Valero que me ha dado la suficiente técnica para emprender mi vuelo en este arte.
Al arquitecto José Antonio de la Cotera, que colaboró en el nuevo aspecto de Conde Duque, 30.
A la diseñadora Marcela de Gregorio, que plasmó a la perfección la idea de nuestra imagen.
A mi familia y amigos que me acompañan tan amorosamente en esta nueva etapa.